Google Translate (o Traductor de Google) se convirtió en un gran aliado de aquellos que transitan entre idiomas diferentes. Se trata de un servicio gratuito, fácil de utilizar y que ofrece una traducción instantánea en más de 100 idiomas.
Lanzado en 2006 em los Estados Unidos y en 2007 en Brasil, la herramienta se ha ido perfeccionando y, actualmente, la calidad de sus traducciones puede ser razonable. Ante eso, es común preguntarse por qué utilizar el servicio profesional de traducción, que no es gratuito y puede tardar días hasta quedar listo, si tenemos a la disposición una herramienta gratuita, instantánea y de asertividad razonable.
Razón número 1: la traducción de Google Translate no es reconocida para documentos oficiales
Éste es el motivo principal para que no use el Google Translate en los documentos oficiales. La legislación, organismos oficiales, procesos judiciales e instituciones académicas sólo reconocen como válida la traducción jurada, realizada por un traductor público. Solamente este tipo de traducción harán válidos los documentos expedidos en otros países o en lengua extranjera.
Esto se debe porque la traducción jurada pasa por un riguroso control de los organismos gubernamentales, asegurando su procedencia, la habilidad de los traductores y, consecuentemente, la confiabilidad de los documentos traducidos.
En Brasil, el decreto 13.609 del 21 de octubre de 1943 determina que:
“Ningún libro, documento o papel de cualquier naturaleza redactado en idioma extranjero, tendrá efecto en las oficinas de la Unión, de los Estados y de los municipios, en cualquier instancia, Juicio o Tribunal o entidades mantenidas, fiscalizadas u orientadas por los poderes públicos, sin estar acompañado de la respectiva traducción realizada en conformidad con este reglamento”
Así, para fines oficiales, apenas la traducción jurada tiene efecto legal.
Para saber más sobre este tipo de traducción, lea los artículos “Traducción jurada y traducción simple: ¿cuáles las diferencias?” y “¿Cómo se hace la traducción jurada?”
Razón número 2: la traducción de Google Translate resbala en los términos técnicos, nombres propios y expresiones idiomáticas
Como herramienta automática, debemos reconocer que Google Translate “pide peras al olmo”. Muchas veces, él “da en el clavo”, pero en otras “dar con la cabeza en el pesebre”.
¿Usted puede percibir que los términos entre comillas no deben entenderse de forma literal? Muchas veces, Google no comprende estas sutilezas.
Por más que Google ha mejorado mucho la traducción en los últimos años, la herramienta sigue sen poder “pescar” muchos términos técnicos y expresiones idiomáticas. Es decir, mismo que Google Translate le ayude a comprender algunas frases, difícilmente él le dará una versión confiable de textos más densos, complejos y/o literarios. Además, la traducción automática también suele confundir nombres propios que también sean palabras – la empresa Apple, por ejemplo, no se debe traducir para “Manzana”. Esto puede ser especialmente delicado para documentos comerciales, instrucciones técnicas y cualquier información que podrá orientar en la toma de decisión en las empresas.
Razón número 3: Google Translate no ofrece garantías de sus traducciones
En sus términos de uso y garantía, Google es muy claro: “No nos comprometemos en cuanto a los contenidos de los servicios, a la función específica de los servicios, con la fiabilidad, disponibilidad o capacidad de estos de satisfacer las necesidades del utilizador”. Esto significa que, mismo esforzándose para ofrecer un servicio confiable, Google no se responsabiliza por él. Al contratar servicios profesionales de traducción, usted tiene la garantía que el resultado será confiable y seguro.
Conclusión
Google Translate ha mejorado la calidad de sus traducciones, y por eso puede ser bastante útil para textos cortos o traducciones de baja relevancia. Sin embargo, no tiene validez legal para documentos oficiales. Mismo para documentos no-oficiales, se debe calcular bien el riesgo al elegir Google Translate, puesto que la herramienta automática muchas veces no entiende sutilezas y términos técnicos, y ni ofrece cualquier garantía sobre su asertividad.
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